EL
MUNDO
6 mayo
2022
España
dice adiós a los envases que contengan el disruptor
endocrino bisfenol A
Cristina Ruiz
Después de las idas y venidas en la
tramitación parlamentaria de la ley que regula la utilización de esta sustancia
química, su prohibición es ya un hecho. Mientras, continúan apareciendo
estudios que alertan de los riesgos para la salud de su uso
Tras amplios debates, incorporación de enmiendas, cambios de
una cámara legislativa a otra, de las que ha venido informando EL MUNDO, la
nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, ya en
vigor, ha prohibido finalmente el uso del disruptor
endocrino bisfenol A en la fabricación de envases de alimentación como las
latas de conservas y de bebidas, donde se utiliza para separar el alimento del
metal. España se suma así a países como Francia, que tiene vetado su uso para
cualquier recipiente que contenga alimentos, mientras
que la legislación europea tan solo limita su uso, pero no lo prohibe.
La ley salió del Congreso de los Diputados con una
prohibición expresa de utilización, sumada a la de los ftalatos (otra sustancia
usada también en otros envases). Sin embargo, en su paso por el Senado, una
enmienda del PP apoyada por el PSOE dio al traste con esa eliminación y sólo
estableció su adaptación a lo que marcara la legislación europea. A pesar de
que fueron varios los grupos en la Cámara Alta que solicitaron mantener la
redacción del Congreso, la norma salió con una redacción laxa sobre estos
compuestos.
Pero, en la ratificación y aprobación final del texto, de
nuevo en el Congreso, que es la cámara que debe dar el último visto bueno,
fueron varias las enmiendas procedentes del Senado que no fueron aceptadas
durante la votación, entre ellas, la incorporada sobre el bisfenol A. Así, el
texto final dela Ley de Residuos, ya aprobada y publicada en el BOE señala,
entre las medidas para prevenir la generación de residuos, la de "fomentar
la reducción del contenido de sustancias peligrosas en materiales y productos
de acuerdo con los requisitos legales armonizados relativos a dichos materiales
y productos establecidos a escala de la Unión Europea, evitando, en especial,
la presencia de sustancias incluidas en el Anexo XIV del Reglamento REACH [ una
norma europea que tiene como objetivo mejorar la protección para la salud
humana y el medio ambiente frente al riesgo que puede conllevar la fabricación,
comercialización y uso de las sustancias y mezclas químicas] o sustancias
restringidas recogidas en su Anexo XVII, y de los alteradores endocrinos. En
particular, y de conformidad con lo previsto en estas normas, estará prohibida
la utilización de ftalatos y bisfenol A en envases".
Nueva investigación
El paso adelante dado en España se produce después de que
hayan surgido numerosos estudios que alertan sobre los peligros de su uso en la
salud. Uno de los últimos trabajos es el realizado por grupo de investigación
de Oncología Básica y Clínica del Instituto de Investigación Biosanitaria de
Granada que ha encontrado relación directa entre niveles altos de bisfenol A
(BPA) en niños de 9 a 11 años y problemas de pensamiento y comportamiento
evidenciados en su adolescencia, entre los 16-17 años.
El estudio analizó los cambios biológicos que se producen en
los adolescentes, los llamados biomarcadores de efecto, como consecuencia de la
exposición a diferentes agentes externos en edades tempranas, biomarcadores de
exposición. Los utilizados fueron el nivel de BPA presente en orina, y el
Factor Neurotrófico del Cerebro (BDNF), en sangre, para identificar la vía de
acontecimientos que llevan al BPA a afectar el desarrollo neuroconductual. Para
el análisis de las alteraciones del comportamiento de los adolescentes, se
utilizó una encuesta donde los padres respondieron sobre el comportamiento de
sus hijos.
Los resultados obtenidos han puesto de manifiesto que los
niños con niveles más altos de BPA en la infancia (9-11 años) tenían más
problemas de comportamiento (pensamiento y quejas somáticas) en la
adolescencia.
Además, la exposición a esta sustancia química se asocia
también con un aumento de la metilación del gen de BDNF, un proceso por el cual
se añaden moléculas nuevas al ADN, llamadas grupos metilo, impidiendo que el
gen se exprese. Así, según este estudio, la metilación del gen de BDNF explica
al menos el 34 por ciento de la asociación encontrada entre la exposición a BPA
y problemas de pensamiento en este grupo etario.
El equipo granadino investiga desde hace más de 25 años cómo
bisfenol A, diseñado como estrógeno sintético en 1936 que está presente en
muchos de los utensilios plásticos que forman parte de nuestro día a día, puede
ejercer modificaciones epigenéticas (alteración de la metilación del ADN) que
afectan al comportamiento humano, además de otros efectos adversos sobre la
reproducción, el sistema inmunitario, el metabolismo o el aumento del riesgo de
cánceres dependientes de las hormonas.
Los resultados de este último trabajo junto con
investigaciones anteriores apoyan la opinión de la Agencia Europea de Seguridad
Alimentaria (EFSA) de restringir el uso de BPA en materiales de contacto
alimentario, debido al riesgo asociado de efectos inadecuados sobre la salud
humana. De hecho, la EFSA, a raíz de distintas investigaciones, decidió
modificar la recomendación de ingesta tolerable diaria, fijándola en 0,04
nanogramos por kilo de peso corporal, muy por debajo de la que estaba
establecido anteriormente (año 2015) y que marcaba 4 microgramos.